Patatas con salsa brava
Las patatas con salsa brava son una de las tapas más tradicionales de la gastronomía de nuestro país. Se suelen comer acompañadas de una copa de vino, una cerveza fresquita o un vermut.
Hay muchas recetas de patatas con salsa brava, que varían fundamentalmente en los ingredientes de la salsa. Esta concretamente no lleva tomate y es la tradicional de los bares de Madrid.
Esta receta de patatas con salsa brava es un clásico de las tapas y aperitivos de nuestro país. Son unas patatas cortadas en forma irregular en trozos ni muy grandes ni muy pequeños que freímos y acompañamos de una salsa picante. Pueden cortarse y freírse directamente o cocer un poco unos minutos, dejar enfriar y luego freír. A mi me gusta más esta opción porque así quedan más crujientes por fuera y blanditas por dentro. La salsa de esta receta no lleva tomate, como otras. Según dicen, es la verdadera salsa brava. La podéis ajustar un poco a vuestro gusto aumentando o disminuyendo el picante. ¡Espero que os guste!
Ingredientes:
- Patatas
- 1 cebolla pequeña
- 3 cucharadas de aceite de oliva
- 2 cucharadas de harina
- 1/2 cucharada de pimentón picante
- 1 cucharada de pimentón dulce
- 500 ml aproximadamente de caldo de pollo
- Sal
Preparación:
- Primero, pelamos y lavamos las patatas. Las cortamos en trozos irregulares que no sean ni muy grandes ni muy pequeños. Ahora, las ponemos a cocer cubriéndolas con agua y un poco de sal durante unos 5-7 minutos. Pasado el tiempo las sacamos a un escurridos y las dejamos enfriar.
- Echamos en una olla o sartén tres cucharadas de aceite y cuando este caliente añadimos la cebolla picada con un poco de sal. Dejamos que se poche hasta que esté blanda, a una temperatura media.
- Cuando tengamos la cebolla pochada, añadimos los pimentones y removemos bien unos segundos para que no se queme. A continuación echamos la harina, mezclamos y cocinamos durante unos tres minutos sin dejar de remover y con la temperatura más bien baja.
- Vamos añadiendo el caldo, que debe de estar caliente, poco a poco sin dejar de remover para que se disuelva bien la harina. Seguimos añadiendo caldo hasta que tenga la consistencia que queremos. Una vez conseguida esa consistencia, tenemos que dejarlo cocer unos minutos sin dejar de remover. Cuando la tengamos lista la trituramos con una batidora o un robot de cocina.
- Ahora, freímos las patatas que habíamos cocido antes en abundante aceite caliente, hasta que nos queden doradas por fuera y blanditas por dentro. Las sacamos a un plato con papel absorbente y dejamos que escurran un poco el exceso de aceite.
- Las pasamos a una fuente de servir y cubrimos con la salsa bien caliente que si se ha enfríado la podemos calentar unos minutos a fuego medio-bajo.